Los contratos de alquiler pactados durante el último mes, tras la entrada en vigencia del DNU 70/2023 que derogó la Ley de Alquileres, son en su mayoría de corta extensión, con plazos de entre uno y dos años, en su mayoría con ajustes trimestrales o en el mejor de los casos cada seis meses.

De acuerdo a los resultados de un relevamiento realizado por Inquilinos Agrupados, las condiciones en los contratos empeoraron a la hora de alquilar una vivienda en el último mes. El relevamiento, denominado Encuesta Nacional Inquilina, refleja las respuestas de 3.300 casos de todo el país. En ese marco, la amplia mayoría (92,9%) de los y las inquilinos encuestados consideró que 2024 será peor que el año pasado.

En lo que respecta a los plazos, en el 87,3% de los contratos que se firmaron tras la entrada en vigencia del DNU tienen una actualización por períodos iguales o menores a seis meses. Actualmente, la participación del gasto de alquiler más las expensas en los ingresos de los hogares encuestados representa el 31,6%.

En relación a los sentimientos generados por la cuestión de la vivienda, predomina la angustia (78%), la ansiedad (75%) y el sentimiento de desesperanza (68%) entre los y las inquilinas que respondieron el cuestionario. A esto se suma que 55,8% tiene algún tipo de deuda, en general con los bancos. 

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