Funciona hace 20 años en el Barrio Kennedy, con espacios sociales, educativos y culturales. Si bien depende de la subsecretaría de Cultura, el presupuesto de este año no fue asignado y tampoco se aprobó el plan que los talleristas presentaron para financiar las actividades que realizan.

El Galpón del Arte es un centro cultural que funciona hace 20 años en el Barrio Kennedy, con espacios sociales, educativos y culturales.

Se realizan talleres de cerámica, macramé, teatro y además funciona una biblioteca popular, entre otras actividades. Desde hace tiempo brinda diferentes talleres abiertos a la comunidad en el corazón del barrio, en calle Guiraldes 2049, entre Yapeyú y Batalla de Bailén, un lugar de referencia, al lado del Centro de Atención Primera de la Salud (CPAS) y del Centro Comunitario.
Si bien es un espacio que depende de la subsecretaría de Cultura, el presupuesto correspondiente a este año no fue asignado y tampoco se aprobó el proyecto que los talleristas presentaron.

“¿Por qué el municipio de Pergamino tiene dinero para hacer festivales ostentosos pero no tiene
presupuestos para el Galpón del Arte?, un espacio histórico y necesario en la ciudad?”, se
preguntaron en redes sociales. “El espacio ha persistido a los largo de los años gracias al esfuerzo y al sostenimiento de la gente del barrio que concurre asiduamente y que cada vez lo llena de más y más actividades”, dijo Gabriel Castro.
Además explicó cómo funciona el sistema por el cual se les asignan las partidas de dinero que este año le fueron negadas por parte del Municipio. “Como hace 19 años, a comienzos de 2023, presentamos un pequeño proyecto. Pedimos un subsidio en el cual se solicita dinero para sustentar los recursos para los talleres, para el pago de los honorarios de los talleristas y para el mantenimiento y sostenimiento del espacio”, indicó.
“Este año se rechazó sin mucha explicación diciendo que ‘no hay dinero para ese gasto’”, aseveró
Castro sobre la respuesta que le dieron desde la Municipalidad.

“Con ese dinero no podemos hacer lo que queramos, tenemos que rendirlo. Lo que sí hacemos es
gestionarlo. No es algo que se nos da y hacemos lo que queremos con eso”, aclaró. Y subrayó que “la situación es apremiante y corre riesgo un espacio tan neurálgico para el barrio”.

A su vez reconoció que fueron varios los intentos de establecer acuerdos y canales de diálogo para acercar puntos de vista entre las partes involucradas en el conflicto: “Nosotros ya agotamos todas las instancias institucionales y dijimos de pedir una revisión en la que la secretaría de Cultura vea de nuevo el proyecto, ir a reuniones, ir a hablar. Nos vemos obligados a emitir un comunicado, es una situación desagradable pero es a lo que uno tiene que recurrir”, añadió

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