En horas de la tarde del jueves, el presidente Alberto Fernández inauguró junto al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y al administrador general de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta, la Autovía Pilar-Pergamino, una obra que comenzó en 2006, fue paralizada y luego retomada al iniciar la actual gestión.

La visita de la máxima autoridad a nivel nacional no parece casualidad, en medio de un clima totalmente revolucionado a un mes de las elecciones generales para elegir nuevo presidente. Fue así que arribó al partido de Pergamino a inaugurar una obra que ya fue celebrada con bombos y platillos por gestiones anteriores y que está sin uso en algunos tramos desde hace meses.

“Cuando hablamos de obra pública es un tema de la vida de hombres y mujeres que se benefician con un Estado presente, que hace obras que los mercados no porque no son rentables”, indicó el jefe de Estado, acompañado además de la jefa de Obras de Vialidad Nacional, Eliana Carluccio. “Nos denunciaron porque hablamos un día para que tome trascendencia la obra pública”, recordó el presidente al poner en funcionamiento los últimos 15 kilómetros de la Autovía en la Ruta Nacional Nº 8, en el tramo que se extiende entre Maguire – kilómetro 198,7- y Fontezuela -kilómetro 213,7.

Fue así que muy alejado de la prensa local que hizo más de 20 kilómetros solo para estar presente en el acto, pero por el contrario muy cerca de los militantes, Alberto agregó: «Hicimos obras a lo largo y ancho del país y nunca preguntamos quién gobierna. Simplemente lo hicimos”.

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