El 1º de agosto, en cualquier ciudad o pueblo, desde muy tempranito, mucha gente se reúne en las casas o en cualquier esquina cumpliendo un rito compartido: los tres sorbos -o siete según quien lo diga- de caña con ruda en ayunas. Se practica el ritual como una prevención a los males que el mes acarrea y de esta manera se agasaja a la Madre Tierra y se aleja los maleficios.

Rodeada de innumerables frases sentenciosas (“Julio los prepara y agosto se los lleva”, “Caña con ruda, contra el mal ayuda”, “Más vale emborracharse que morirse”), la costumbre se ha vuelto inquebrantable y, verdadero o falso, en algunos lugares el rito no se discute.

El brebaje que se prepara con anticipación para que macere: se compra una botella de caña, se echan dentro algunas hojas de ruda, se la cierra y se la guarda. Llegado el momento, se la sirve a los seres queridos para que tengan un buen año.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *