Julieta Koen, una joven argentina de 23 años, vivía en Sitges y estudiaba en la universidad local. El día del accidente, Julieta volvía del gimnasio con su bolso, después de hacer algunas compras en un supermercado cercano. Durante su cruce peatonal, un auto la emboscó a alta velocidad.

El primer fin de semana de agosto, familiares y vecinos de Sitges se manifestaron en el lugar del accidente que resultó en la trágica muerte de Julieta Koen. Las pancartas llevadas por los participantes reflejaron la demanda de seguridad vial: «Acceso seguro a Sitges, ya» y «Todos somos peatones, y el coche es un arma».

Pablo Koen, padre de Julieta, expresó su indignación ante los medios catalanes Canal Blau y TV3, presentes en la manifestación. Koen explicó que el lugar del accidente, conocido localmente como un «punto negro» debido a su historial de accidentes, no ha sido adecuadamente intervenido para prevenir tragedias similares. El impacto fue tan brutal que ella voló varios metros desde la senda peatonal hasta el lugar donde murió instantáneamente.

El padre de la víctima criticó la falta de medidas preventivas, como la instalación de un semáforo en el cruce, y expresó su frustración con las autoridades y el conductor involucrado: «Los accidentes en este cruce seguirán ocurriendo. No entiendo cómo algo tan simple como un semáforo podría haber evitado esto,» afirmó.

El conductor involucrado en el accidente, Francisco José Trujillo, de 74 años, manejaba un Audi A4. Según Koen, en lugar de llamar a una ambulancia, Trujillo contactó a sus hijos y no acompañó a Julieta ni durante su traslado al hospital: «Lo que más me duele es que nadie de la familia del conductor se ha puesto en contacto conmigo. No sé quién fue el responsable, pero sigue en libertad,» añadió.

La identidad del conductor fue confirmada, pero el caso continúa sin resolverse en cuanto a justicia para la familia de Julieta.

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