Nuevos descubrimientos y sospechas crecientes rodean el caso de Nahuel Corro Gorosito, desafiando la narrativa oficial de un supuesto suicidio y provocando un aluvión de especulaciones y malestar.
La hermana de Nahuel expresó su angustia al encontrar ropa que considera perteneciente a los presuntos perpetradores del crimen, cuestionando la inacción policial y planteando dudas sobre posibles encubrimientos. Además, la familia señala a la ex pareja de Nahuel, acusándola de sembrar pistas falsas y realizar declaraciones inquietantes antes de que se conociera el paradero del joven, lo que añade más incertidumbre a un caso ya envuelto en misterio y desconfianza.
La indignación de los familiares se manifestó en una protesta frente a la fiscalía, donde bloquearon el tráfico y encendieron neumáticos como forma de protesta. Aunque la intervención de los bomberos y la policía impidió que la situación empeorara, la sensación de falta de respuestas persiste entre los allegados a la familia.
Con la versión oficial del suceso lejos de satisfacer las incertidumbre de la familia, estos comienzan a considerar diferentes teorías sobre lo ocurrido con Nahuel Corro Gorosito. En un clima de creciente tensión, la búsqueda de la verdad se convierte en una urgencia para aquellos que demandan justicia.