Pablo Gimenes, el destacado deportista paralímpico de Pergamino, ha vuelto a poner el nombre de Argentina en lo más alto al obtener un diploma en el Torneo Mundial Paralímpico de París 2024. Este reconocimiento lo sitúa entre los mejores seis atletas del mundo en su disciplina, un logro extraordinario considerando las circunstancias adversas que ha enfrentado en los últimos meses.

A través de sus redes sociales, Pablo expresó su profundo agradecimiento a su familia por el apoyo incondicional que le brindaron durante los últimos seis meses, un período que describió como extremadamente duro. A pesar de las dificultades, su esfuerzo incansable le permitió superar los obstáculos y alcanzar un objetivo que incluso superó sus expectativas deportivas.

Lo que hace aún más admirable su historia es el contexto en el que logró su hazaña. Hace algunos meses, Pablo dejó de recibir un subsidio que era crucial para continuar su carrera deportiva. Aunque las razones detrás de la quita del subsidio no fueron claras, esto lo dejó sin los recursos necesarios en un momento clave de su preparación para la competencia internacional. Sin entrenador y sin un espacio adecuado para entrenar, Pablo no se rindió. Junto a su familia, convirtió el descampado de la esquina de su casa en un gimnasio improvisado al aire libre, donde continuó entrenando con dedicación y empeño.

Ese lugar, a la intemperie y lejos de los recursos que otros atletas de élite poseen, fue el escenario donde se forjó su camino hacia París, logrando posicionarse entre los mejores del mundo. Lo que resulta doloroso y causa indignación es la falta de apoyo por parte de las autoridades municipales, provinciales y nacionales. Mientras los presupuestos estatales suelen destinarse a otros fines, muchas veces alejados del deporte, un atleta de la talla de Pablo Gimenes, que ha representado a Argentina en competiciones internacionales, fue ignorado.

Su lucha por superar las adversidades personales y económicas pasó desapercibida por quienes deberían haberle brindado el respaldo necesario. Pablo Gimenes no solo es un deportista de élite, sino también un ejemplo de perseverancia y resiliencia. A pesar de las limitaciones físicas y del abandono institucional, sigue apostando a su sueño de ser el número uno.

Su historia es la de un chico humilde de barrio que, a pesar de su discapacidad, eligió decirle “sí” a la vida y pelear por sus objetivos. Su carácter firme y su capacidad para expresar lo que siente, aunque en ocasiones le hayan costado el respaldo de las autoridades, no han sido suficientes para quebrar su anhelo de superarse día a día. Pablo Gimenes ha demostrado que no existen barreras insalvables cuando se tiene la convicción de triunfar. Hoy, Argentina tiene en Pablo Gimenes no solo a un deportista entre los mejores del mundo, sino a un verdadero ejemplo de lucha y superación. Gracias, Pablo, por recordarnos que, con esfuerzo y corazón, todo es posible.

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